En Europa faltan profesionales

Es necesario aumentar la movilidad e invertir en formación de calidad. España tendrá más oferta de puestos cualificados que profesionales con formación

Sevilla, 14 de marzo de 2014

En los próximos 40 años, Europa será el continente con mayor disminución de población. Las consecuencias se pueden observar ya en países como Alemania y Austria, donde la media de edad aumenta de manera sostenida, lo que supone menos población activa.

Esta situación, planteada por líderes empresariales y políticos europeos en el reciente encuentro Salzburger Trilog, se complementa con otro punto de debate no menos importante: en los próximos años, se acentuará la necesidad de profesionales cualificados. Habrá mano de obra sin la cualificación necesaria y profesionales cuyas habilidades no serán adecuadas para los puestos de trabajo ofertados. Según el informe Global Talent 2021 de Oxford Economics, sólo un reducido número de países –como China, Argentina u Omán– podrá mantener cierto equilibrio entre esta oferta y demanda a lo largo del próximo siglo.

En China, la fuerte inversión prevista en educación permitirá cubrir las necesidades de talento cualificado del país y mantener su rápido desarrollo económico. El incremento anual del 4,6% de personas con educación universitaria será parecido a la cifra de crecimiento económico del país. No obstante, incluso este país asiático puede verse afectado por un problema de desequilibrio oferta-demanda a largo plazo, donde la generación del ‘hijo único’ tendrá que sostener jubilaciones de generaciones con una alta natalidad: la relación actual entre trabajadores y jubilados de 10 a 1 pasará a ser de 2,5 a 1,3 en 2050.

Países como India, Colombia o Qatar tendrán sobreoferta de perfiles cualificados. Y países europeos como Italia, Alemania, Francia y España tendrán más oferta de puestos cualificados que profesionales con formación para cubrirlos. Los últimos datos de la OCDE muestran que los adultos españoles están a la cola de los países desarrollados en formación. Y sucede lo mismo con los jóvenes, según el informe PISA. Estos resultados no permiten ser optimistas a la hora de cubrir futuras necesidades de personal cualificado en España. Se puede combatir esta carencia de dos maneras: promoviendo la movilidad de trabajadores cualificados, e invirtiendo en formación de calidad. A largo plazo, será mucho más beneficioso para los países formar a las personas que la simple importación 

de profesionales, que será sólo una opción de supervivencia temporal para los mercados laboralmente más atractivos a nivel mundial. Aquellos territorios que disponen de profesionales cualificados atraen a más profesionales, y acaban siendo los centros en los que se desarrollan las innovaciones y donde se establecen las nuevas industrias. Estos centros determinan de forma decisiva qué regiones continuarán creciendo en un futuro, dando a las ciudades la posibilidad de tener ventaja en la competición por el talento, manteniéndolo o atrayéndolo.

Los gobiernos y empresarios de cada país pueden influir en los comportamientos migratorios, incrementar el atractivo de sus regiones y sacar provecho de la migración cooperando globalmente para que mejore la movilidad. Y también pueden llegar a acuerdos bilaterales entre estados en vías de desarrollo y países industrializados para tratar de equilibrar la oferta y la demanda del mercado laboral. Para que el talento global supere las fronteras actuales, es imprescindible que se desarrollen modelos de formación escalables y exportables a nivel internacional. Y que se intensifique el intercambio de experiencias en el ámbito del empleo, la educación y la formación profesional. Así, se conseguirá detectar y paliar la falta de talento en determinadas regiones y, a la vez, Europa podrá retomar el papel activo en el desarrollo global del talento que le corresponde.