Saludos de la Presidenta
Cuando en 2006 decidimos mi socio y marido José Moya y yo poner en marcha esta fundación, desde el principio quisimos que tuviese un marcado carácter social. Esta vocación surge de una profunda convicción que ambos compartimos: forma parte de nuestra filosofía, de nuestro ADN, por así decirlo.
Por eso la fundación está dedicada a procurar la integración laboral de personas en precaria situación social, a promover el emprendimiento entre jóvenes, a becar estudiantes e investigadores universitarios, a estimular los valores del esfuerzo y el mérito en la sociedad.
Estamos convencidos de que la cultura del esfuerzo es un paradigma del cambio social que necesita este país. Pero también de que hay necesidades sociales a las que no llega la administración pública o no llega con suficiente intensidad, y generan carencias que intentamos paliar.