VII Premio Clavero

 Sevilla, 24 de mayo de 2018

Soledad Becerril recoge en el Alcázar el VII Premio Manuel Clavero, reconocimiento a una vida dedicada al servicio público.

Avanzaba la noche en el Alcázar y Soledad Becerril, flamante VII Premio Manuel Clavero, tomó la palabra para agradecerle a los sevillanos el buen trato con el que siempre la han distinguido (tanto que la hicieron alcaldesa) desde que llegó a la ciudad en 1970, «teniendo yo el habla que tengo». Y siendo el año del movimiento de las mujeres, la galardonada no quiso dejar de referir en su discurso algunas anécdotas de la cierta condescendencia con la que los hombres recibieron la noticia de su nombramiento, en 1981, como ministra de Cultura en el Gobierno de Calvo Sotelo (UCD), la primera que llegaba al Ejecutivo desde los lejanos años de la II República. «Mi nombramiento produjo comentarios singulares: que si se me nombraba era porque faltaba una señora en el gobierno como falta una chica en una fiesta; en una revista del corazón se dijo que «para ser mujer, es bastante antipática», aseguró una Soledad Becerril que enseñó al público congregado en el Salón Gótico del Alcázar su lado más irónico y divertido.
Como recordó la premiada, tal acontecimiento, el de una fémina sentada en el Consejo de Ministros también provocó las viñetas de los dos genios indiscutibles del humor gráfico español: «Mingote dibujó una multitud ante el ministerio que gritaba ¡Socorro! y Forges pintó unos tipos con batas a cuadros ante el ministerio y uno decía: «esto de la boatiné es indignante, y otro respondía: «pues no se queje que los jefes de negociado tienen que llevar rulos».
Más tranquila fue su llegada a la Alcaldía de Sevilla, «los años que viví con mayor intensidad a lo largo de toda mi vida pública», según confesó. La también ex defensora del Pueblo hizo un manual de urgencias para aprendiz a primer edil: «La alcaldesa o alcalde ejerce sus funciones las 24 horas del día, no hay vacaciones…y todo puede ser de su competencia porque si no lo es, siempre puede mediar ante alguien.» Siguiendo el tono distendido del discurso, Becerril refirió algunas anécdotas simpáticas de su mandato, como aquella vecina que, la verla pasar en la comitiva municipal del Corpus, exclamó: «¡ahí va!, la alcaldesa, con el mismo vestido que el año pasado».
Evidentemente, el tono fue otro cuando su discurso llegó a uno de los momentos más amargos vividos por la ciudad en toda su historia, el asesinato por parte de la banda terrorista ETA del concejal popular (y amigo personal de la premiada), Alberto Jiménez Becerril, y su mujer, la procuradora Ascensión García Ortiz. «La ciudad se conmovió, lloro y lloró, y se echó a la calle tras el atentado. No puedo olvidarlo ni tampoco quiero hacerlo», dijo, al mismo tiempo que desveló su deseo de que «quienes impartieron órdenes y señalaron a las víctimas puedan, también, ser juzgados por delitos de lesa humanidad, como lo fueron quienes idearon y planificaron el Holocausto.
Por su parte, José Pedro Pérez Llorca, quien fuese uno de los padres de la Constitución Española, se encargó de presentar a Soledad Becerril con un divertido juego literario: la lectura de una pretendida carta escrita por Cervantes a la premiada, en la que se destaca que ésta siempre «ha procurado ser ante todo fiel a la verdad, que esta adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua, que más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón y al buen hacer jamás le falta premio». La misiva se cierra con una recomendación del Cervantes apócrifo a Becerril: «seguid fiel como siempre lo habéis sido a la libertad. Como bien sabéis, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre, por la libertad, así como por la honra se puede y se debe aventurar la vida».
De otra parte, el alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, recordó que este premio es una muestra del «cariño que se le tiene» a Soledad Becerril en Sevilla. «El jurado ha elegido magníficamente bien», añadió.
El presidente del Consejo Editorial del Grupo Joly, Manuel Clavero, que da nombre al premio, aseguró que Soledad Becerril –»la mujer que conozco que ha tenido más cargos públicos»– es de «un valor extraordinario». El también ex ministro de la UCD reconoció su admiración por la ex regidora, «porque no es nada fácil ser alcaldesa de una ciudad como Sevilla. Es un cargo muy sacrificado y todos los días te critican en los diarios». Clavero recordó que, cuando Becerril llegó a la Alcaldía, le recordó que en Sevilla «también había miseria y barriadas pobres», algo por lo «ella se preocupó»
El presidente del Grupo Joly, José Joly, aprovechó el acto para, en nombre del Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo (quien no pudo asistir al acto debido al pleno de los Presupuestos Generales del Estado), anunciar la concesión de la Orden de Alfonso X el Sabio a la ex alcaldesa de Sevilla. El editor de este periódico, también quiso tener palabras de agradecimiento a la Fundación Persán, patrocinadora del acto, y un recuerdo emocionado a Manuel Olivencia, quien fuese el VI Premio Manuel Clavero y recientemente fallecido.
 

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